7 de diciembre de 2017

ENTRADA OBLIGATORIA 1. SI LA TIERRA SE ENFRIASE.

86.000 hectáreas quemadas en los incendios de California. Más de más de 2.000 hectáreas ardieron durante el mes de octubre en Galicia. En 2017 hemos vivido (y seguimos viviendo) el otoño más seco en España de la última década, con una sequía devastadora y unas temperaturas 10º por encima de la media. Los episodios de alta contaminación se repiten en todas las grandes ciudades del mundo.  Aguas contaminadas, especies en peligro de extinción o, por desgracia, ya extintas. Prohibición y trabas para la comercialización y uso de las energías renovables. Aumento del agua del mar y deshielo de los polos. Consumismo y derroche de bienes, de alimentos y de agua. Niños desmayándose en el colegio por las altas temperaturas. Huracanes y tormentas devastadores que no dan tregua a una población empobrecida y sin fuerzas. ¿Parece un argumento malo de la típica película catastrófica hollywoodense, verdad? Pues no. Es nuestro día a día y no nos importa. Son noticia un día y al siguiente es como si no hubiese pasado nada.  


¿Os acordáis cuándo los turistas que venían a las costas españolas a veranear se creían que en España siempre hacía buen tiempo y sol? Pues bien, ya es cierto. El 2017 ha sido, por cuarto año consecutivo, el año más cálido desde que se tienen registros. ¡Y no nos preocupa! “Es que jo, que bien este veroño”. “Que siga así sin llover que no me gusta nada la lluvia”. “A mí es que el metro no me gusta, prefiero ir en mi coche, es más cómodo”. “He visto hoy un jersey en Zara PRECIOSO. Luego voy a ir a por él, va a ser mi jersey número 100 y sólo me lo pondré una vez”. No sé vosotros, pero yo he escuchado este tipo de frases casi a diario (bueno, quizás la última la haya modificado y exagerado) y me entristece y me da vergüenza formar parte de una sociedad que le preocupa más poder ir a la playa en pleno octubre que el bien del planeta.

Me gustaría plantearos que pasaría si, en vez de estar subiendo las temperaturas, estas estuviesen bajando: en agosto máximas de 20ºC y en invierno mínimas de unos -10ºC.  Adiós al verano y hola al invierano (sí, como el que predijeron Phineas y Ferb). ¿Qué pasaría? ¿Haríamos algo para frenar el cambio climático o seguiríamos alegrándonos de tener una temperatura tan poco común para la época del año que es? Supongo que los primeros que se alzarían serían los agricultores, muchos de sus productos se estropearían por las bajas temperaturas; los hosteleros tampoco se quedarían de brazos cruzados ya que el turismo se vería muy perjudicado. Se presionaría a los gobiernos para tomar medidas reales, y no leyes estúpidas que sólo perjudican al medio ambiente y que terminan beneficiando a las empresas más contaminantes. Se promovería el transporte público dándole un incentivo económico a aquellos empleados que optasen por compartir vehículo o ir en transporte público a su lugar de trabajo, así como a todas aquellas empresas con una actitud medio ambiental de verdad y no simple campañas de lavado de imagen (sí, lo sabemos). Se enseñaría a consumir de manera responsable, sin desperdiciar ningún tipo de bien y a dejar de lado el consumismo puro y duro que nos ha ido acompañando en las últimas décadas. Se implantaría, al fin, un estilo de vida ecológico y respetuoso con el medio ambiente y con los animales. Vamos, todo aquello que se estaría haciendo ahora si de verdad el cambio climático se considerase un problema real y actual, pero que no se hace.

Si en ese mundo hipotético no se tomasen las medidas justas y necesarias, con el paso de los años, las temperaturas bajarían entrando en otra era glaciar. A muchos animales les costaría acostumbrarse a este nuevo clima, por lo que su época de hibernación se vería alargada y otros muchos morirían sin ser capaces de adaptarse al nuevo entorno. Los polos irían aumentando de tamaño haciendo que las zonas más cercanas como Groenlandia, Noruega, el sur de Chile y Argentina o el norte de Canadá y Rusia fuesen inhabitables por las bajas temperaturas, la falta de alimento y la incomunicación que se viviría en aquellas zonas. Las luchas por la supervivencia que sacarían tanto lo mejor como lo peor del ser humano estarían a la orden del día. La gente abandonaría sus ciudades e intentarían estar lo mas cerca posible del Ecuador. Se producirían un éxodo sin precedentes, dejando zonas completamente deshabitadas y provocando que en las zonas más cálidas (o menos frías) viviese el mayor número de personas posibles. Sí, pasaría algo parecido a lo que ocurre en “El día de mañana”, pero menos guay y más terrorífico. 





Como ya sabéis, el cambio climático son temperaturas extremas, tanto frías como cálidas, por lo que la situación que os he descrito podría llegar a pasar (aunque quizás la haya exagerado un poco). Pero, ¿creéis que ante la situación anteriormente expuesta la gente seguiría alegrándose por el frío y se iría a esquiar en agosto como si no pasase nada? No, ¿verdad? La gente estaría mucho más concienciada y se tomarían el cambio climático como un problema común, una cuestión que afecta a todos los países por igual.  Es un problema que no podemos dejar de lado, no podemos seguir excusándonos en el “lo que yo haga o deje de hacer no cambia nada”, porque sí lo hace. Aún estamos a tiempo, ¿por qué no ayudar al planeta mientras podamos?

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